4.8.05



El alba susurra en mi piel desnuda, solitaria. Aún quedan trazas del calor de tus fuegos, marcando a hierro el alma. Tu esencia flota en el aire, enredada entre mis cabellos, bailando, aunando perfumes de pasión, de oscuro deseo, de promesa... El recuerdo de tu tacto sigue siendo mi amante, deslumbra mis ojos en ecos de amor prohibido.

No puedo... no quiero olvidar como cabalgué la tormenta, danzando entre luces y sombras, conquistando a la muerte, cortejándola, domeñando al dragón que me atrapó en su mirada... me tuvo y me dejó soñando al viento, exhausta... hambrienta... te espero...